Buenaventura Báez : Biografías Dominicanas
Buenaventura Báez Méndez nació el 20 de
octubre de 1812, en Azua de Compostela
(Cabral, República Dominicana hijo de
Pablo Altagracia Báez y Teresa de Jesús
Méndez esclava apodada (Juana Méndez).
Presidente de la república en cinco
ocasiones.
Báez era hijo de una ex-esclava llamada Juana Méndez, y heredó la fortuna de su padre un adinerado comerciante azuano.
Estudió en Europa, donde aprendió a hablar
varios idiomas tales como el francés, inglés
y entendía creole. Fue Diputado por Azua a
la Constituyente haitiana, habiendo, con
anterioridad, participado activamente en el
movimiento reformista que derroco a Boyer.
Deseoso de labrar un porvenir brillante a su
primogénito, Pablo Báez lo envió a estudiar
a Inglaterra. Buenaventura Báez no realizó
estudios universitarios formales, pero desde
joven sobresalió por su elevado nivel
cultural. Hasta el final de su vida fue un
lector voraz, lo que le permitió conocer las
principales teorías sociales y políticas y
estar al tanto de la evolución de los
procesos internacionales.
Su prolongada estadía en Europa lo situó por
encima de la media cultural de los jóvenes
del sector social superior, ya que la
Universidad de Santo Tomás de Aquino había
sido clausurada por las autoridades
haitianas y muy pocas personas disponían de
los recursos para enviar a sus hijos a
estudiar al exterior.
La riqueza de su padre y su talento le
facilitaron la temprana incursión en la
política haitiana como representante de la
región de Azua. Además de la afición por la
política, Báez mostró interés por los
negocios, al igual que su padre. En los
primeros tiempos de vida adulta, antes de
dedicarse de lleno a la lucha por el poder,
ayudó a su padre en los negocios,
contribuyendo a acrecentar la riqueza
familiar.
Como alcalde de Azua al momento de la
proclamación de Declaración de independencia
en Santo Domingo, se opuso a la proclamación
de la plaza, postura que luego varió al ver
la magnitud del movimiento separatista y la
cantidad de comprometidos que había en Azua.
Destacó en la Batalla de Azua del 19 de
marzo de 1844.
Redactor de la
Constitución de 1844
A pesar de su paso equívoco el 27 de febrero, Báez tuvo que ser tomado en cuenta por su talento. Fue electo para la asamblea que sesionó en San Cristóbal y aprobó la primera constitución de la República Dominicana, el 6 de noviembre de 1844. Siendo el más capaz de dicha junta constituyente, tomó las principales iniciativas en los trabajos. Por ejemplo, por moción suya se acordó que las personas de los constituyentes eran inviolables mientras se desempeñaran en sus funciones, una forma de tomar distancias frente a la influencia avasalladora de Santana. Por lo visto, se desarrollo una situación de tensión entre los integrantes de la Junta Central Gubernativa y los constituyentes, a pesar de que ambas partes tenían posturas conservadoras.
Gracias a que Báez había tenido la experiencia de la asamblea constituyente de Port-au-Prince, el año anterior, los delegados reunidos en San Cristóbal acordaron que dirigiera la comisión encargada de redactar el proyecto de constitución, y el grueso del documento parece haber sido obra de Báez. Entendiendo que procedía el establecimiento de un orden político moderno, similar al existente en los países más civilizados, Báez se inspiró sobre todo en la constitución de los Estados Unidos, aunque tomó en cuenta también la haitiana. El documento aprobado todavía no tenía un carácter exactamente liberal -por ejemplo, estatuía restricciones al derecho de elegir y ser elegido-, pero contenían muchos aspectos de la constitución liberal, como la separación de poderes.
Santana fue nombrado presidente durante dos
períodos consecutivos, pero se negó a tomar
posesión bajo esa constitución, exigiendo
que se le reconocieran potestades absolutas.
Los constituyentes se vieron forzados a
incluir el famoso artículo 210, que otorgaba
al presidente facultades dictatoriales.
Báez fue destinado en 1846 a una misión a
Francia e Inglaterra con el fin de obtener
el reconocimiento de la República
Dominicana. Esa misión duró alrededor de dos
años, tiempo en el que Báez estuvo alejado
de los asuntos del gobierno. Al retornar al
país fue designado miembro del Consejo
Conservador, nombre que en ese entonces
tenía la Cámara Alta, hoy conocida en
nuestro país como Senado. En los debates en
ese organismo, se distinguió como exponente
de propuestas tendentes a que el país
adoptara preceptos que lo prepararan para la
vida moderna.
Su postura era como la de muchos en el país.
Pertenecía a la facción de los afrancesados,
razón por la que, cuando tuvo oportunidad,
intentó entregar el país a Francia. Con ese
fin visitó Europa en 1846 para convencer a
Francia de establecer un protectorado sobre
República Dominicana, a lo que Francia se
rehusó.
Báez tomó posesión de su alto cargo el 24 de
septiembre de 1849, y por primera vez el
presidente de la República ofrece un plan de
gobierno entre cuyos puntos se encuentra la
organización y disciplinamiento del
ejército, la reforma del sistema monetario y
la incrementación de las gestiones tendentes
a obtener la protección e intervención de
una nación fuerte. Báez seguía mirando hacia
Francia. Santana, percatado de que el logro
del protectorado por parte de Báez
convertiría al presidente en omnipotente, se
encargó a su vez de encauzar el protectorado
norteamericano.
A pesar de su notoriedad, la actuación de
Báez fue discreta en esos tiempos. Tal vez a
eso se debió que Santana no lo objetara
cuando fue electo por los congresistas a la
presidencia de la República el 24 de
septiembre de 1849, después de que Manuel
Jiménez fue destituido. Además, Báez sido el
promotor de la designación de Santana como
jefe supremo del ejército nacional en abril
de 1849, cuando se temía que el gobernante
haitiano Faustin Soulouque llegara ante las
murallas de Santo Domingo. Báez fue el
primer presidente que cumplió el período
para el que fue nombrado, algo que, en el
XIX, solo pudieron volver a lograr él, en
una ocasión, y los presidentes posteriores a
1880, Fernando Arturo de Meriño y Ulises
Heraux. Su administración contrastó con la
de Santana, ya que mantuvo la postura de
Jiménez de no incurrir en actos represivos.
Respetó la libertad de prensa y disminuyeron
los rencores que había dejado la gestión
dictatorial de Santana.
Una de las notas distintivas fue el orden en
el manejo de los recursos presupuestarios,
los que permitió limitar el daño que
ocasionaba la circulación del papel moneda.
Báez también introdujo una concepción
militar nueva, ya que con ayuda de oficiales
franceses dispuso acciones marítimas
ofensivas contra Haití. A pesar de la
escasez de recursos, se preocupó por el
desarrollo de la educación fundándose el
Colegio de San Buenaventura que, aunque no
tenía nivel universitario, reunió a los
espíritus más selectos del país y contribuyó
a formar la generación de intelectuales
jóvenes que siguió al nacimiento de la
República. Logró granjearse la adhesión de
algunos intelectuales jóvenes, a los cuales
asignó posiciones preeminentes, como Manuel
María Gautier, Nicolás Ureña y Félix María
del Monte. Posiblemente esto provocó
envidias entre los integrantes del círculo
íntimo de Santana, quienes debieron sentirse
desplazados por otro grupo. Al concluir el
período de los cuatro años, en febrero de
1853, traspasó la presidencia a Santana,
quien había manifestado interés en volver a
ocuparla. Poco después, el nuevo presidente
denunció acremente a Báez y dispuso su
expulsión del país, posiblemente porque
temía que Báez pretendiera hacerse la figura
dominante.
Logros Diplomáticos
Báez logra la ambicionada
mediación de las citas potencias extranjeras
y se mejoraron notablemente muchos aspectos
de la vida nacional.
Firmó tratados con Inglaterra, Dinamarca y
Francia.
Inició las gestiones para la firma de un
concordato con la Santa Sede
Logros Institucionales
Creó academias militares con entrenadores
extranjeros
Incrementó la marina de guerra,
Creó dos colegios de carácter universitario,
uno en la capital y otro en Santiago.
Logros Económicos
Se ocupó del fomento agrícola y pecuario
Ordenó a Francia el primer buque de guerra a
vapor
Dotó a Santo Domingo de un faro de hierro
Tomó numerosas medidas progresistas.
Logros Legales
Abolió la pena de muerte por robo.
Desde el exilio, Báez preparó bases para la
confrontación abierta con Santana. Afloraba
así una división profunda dentro del bando
conservador, lo que no tenía precedentes,
pues hasta entonces Santana había sido
reconocido como su jefe indiscutible. Las
contradicciones de Santana con algunos
conservadores no habían conllevado la
formación de una corriente rival. Báez, en
cambio, reunía una voluntad política férrea,
inteligencia y dinero, y gozaba del
ascendiente de haber realizado una gestión
gubernamental muy superior a la de Santana.
Por lo tanto, todos aquellos que repudiaran
las acciones de Santana no tuvieron otra
salida que alinearse detrás del liderazgo de
su enemigo.
Como político profesional, Báez se preocupó
por ampliar lo más posible la base de apoyo
que le debía permitir regresar al poder. Por
una parte, cuestionó el dominio de la
reducida oligarquía que acompañaba a
Santana. Tal vez por su condición de mulato,
hizo saber que se consideraba representante
de los intereses de la población de color,
en contra del exclusivismo de los blancos, y
se proclamó abanderado de la mayoría pobre,
sobre todo los campesinos. Lo cierto es que,
pese a tales proclamas, nunca dejo de ser un
conservador que utilizaba la defensa de la
población pobre como un recurso demagógico.
El no creía en la realización soberana del
conglomerado nacional, sino en un progreso
llamado a beneficiar fundamentalmente la
porción superior de la sociedad.
En su lucha contra Santana, además de
postularse como un tribuno del pueblo, Báez
procuró atraerse el apoyo del mayor número
de sectores. Fue muy hábil en presentar su
propuesta como compatible con todos, por lo
que su popularidad fue creciendo.
Primeramente, ofreció al clero
compensaciones y un trato distinto del que
le había estado dispensando Santana. En
segundo lugar procuró obtener el apoyo de
los cónsules europeos, con el fin de
cuestionar la posición pro-norteamericana de
Santana. Adicionalmente, atrajo el apoyo de
la juventud liberal y culta de la Ciudad de
Santo Domingo, que abominaba el absolutismo
de Santana.
De paso hacia Santo Domingo, Antonio María
Segovia, primer cónsul español, se
entrevistó con Báez en Saint Thomas, isla
donde este se encontraba exiliado. El
diplomático llegaba con la misión de
entorpecer el avance de la influencia de
Estados Unidos. Al instalarse, Segovia
anunció que todos los dominicanos que lo
solicitaran recibirían la nacionalidad
española, lo que aprovecharon los baecistas
para oponerse a Santana; este, ante una
oposición creciente de tinte popular, opto
por renunciar cuando los cónsules europeos
impidieron el arrendamiento de Samaná a
Estados Unidos.
Al poco tiempo de que Santana abandonara la presidencia, Báez retornó al país y retomó la presidencia el 8 de octubre de 1856.
El odio contra el vencedor de Las Carreras explotó en diciembre de 1856. Santana fue declarado "en estado de acusación" por el Senado, en su calidad de ex-presidente y jefe del ejército. El 2 de enero de 1857 el Consejo de Ministros presidido por Buenaventura Báez acusa a Santana de ser responsable de una tentativa de revolución descubierta en Neiba; resuelve ordenarle presentarse en la capital. El cumplimiento del mandato se le encarga al general José María Cabral. Las peticiones al gobierno a fin de que Santana fuera enjuiciado por diversos motivos eran numerosas y provenían de importantes personajes. Cabral, con un cuerpo de trescientos soldados de caballería, cumplió la orden gubernamental y trato a Santana prisionero. La prensa del régimen se desbocó en insultos al caído: "Chacal de Guabatico", "antropófago", "pantera"...
Conducido a la fortaleza de Santo Domingo,
la custodia de Santana fue encomendada al
general Francisco del Rosario Sánchez,
comandante de armas, quien lo trató
humanamente, alojándolo en una habitación de
la comandancia en lugar de recluirlo en una
celda. Singular ejemplo de calidad humana y
decencia. El 11 de enero de 1857 Santana es
embarcado en la goleta Ozama hacia
Martinica, donde por no encontrarse el
contralmirante Gueydon no se le permite
desembarcar. De regreso la Ozama a Santo
Domingo con su prisionero recibe órdenes del
gobierno de mantenerse barloventeando sin
sobrepasar la isla Saona hasta que se
decidiera qué hacer con el prisionero. El 7
de febrero llegó a Santo Domingo el
contralmirante Gueydon a bordo de la nave
Cleopatra. El 9 desembarcan a Santana y lo
encarcelan. Días después es trasladado a la
Cleopatra, desde donde es más tarde llevado
al barco francés Acheron, que va rumbo a
Guadalupe.
En esta segunda administración Báez tomó una
medida trascendental, consistió en que Báez
puso en circulación una enorme cantidad de
billetes de banco, mediante los cuales él y
sus adeptos compraron todo el oro y tabaco
que pudieron en el Cibao principalmente,
dando en cambio un papel moneda sin respaldo
que cayó hasta el punto de estar la
equivalencia a tres mil y cuatro mil pesos
nacionales por peso fuerte. Antes se
cotizaba a sesenta y setenta por peso
fuerte. Esto se hizo supuestamente con la
intención de proteger a los agricultores.
Este rubro era el que dejaba ya mayores
sumas dentro de las exportaciones.
Durante el período de cosecha, la cotización
del papel moneda se revalorizaba porque
aumentaba la cantidad de oro en circulación
por los envíos que realizaban los
comerciantes extranjeros para comprar la
cosecha de tabaco. Los campesino vendían y
compraban papel moneda; cuando ellos se
endeudaban con los comerciantes, al adquirir
por adelantado bienes para la subsistencia,
lo hacían a una tasa devaluada del papel
moneda, ya que había escasa circulación de
monedas de oro; sin embargo, en el momento
de la cosecha, debían saldar de inmediato
las deudas a una tasa revaluada a causa de
la abundante circulación de oro, lo que
resultaba desfavorable para ellos. Esas
diferencias estacionales de cotización del
papel moneda eran utilizadas por los
comerciantes para acrecentar sus ganancias a
través de los créditos a tasas de usura.
Sin duda la emisión de papel moneda y su
subsiguiente devaluación en lo inmediato
beneficiaban a los campesinos, que así
podrían obtener mejor precio por el tabaco y
pagar más cómodamente las deudas que tenían
contratadas con los comerciantes. Pero con
esa medida el gobierno central entraba en
conflicto abierto con el sector comercial
del Cibao, la zona más rica del país. Los
comerciantes se veían ante el riesgo de
quiebra, no solo porque disminuían sus
márgenes de ganancia, sino porque el
gobierno despachó agentes con fuertes
cantidades de billetes con el fin de
adquirir una porción considerable de la
cosecha y, probablemente también, con el fin
de acaparar la mayor cantidad posible de
pesos fuertes en oro.
La ruina a que Báez había llevado a los
cibaeños llevó a los habitantes de estas
ricas regiones a la revolución, que estalló
el 7 de julio de 1857 en Santiago. Ese mismo
día se constituye un gobierno presidido por
José Desiderio Valverde. Benigno Filomeno de
Rojas es encargado de la vicepresidencia.
El 13 de julio el gobierno de Santiago
decide llamar al general Santana y demás
desterrados. Mientras tanto la revolución se
extiende rápidamente. El gobierno de Báez
dispuso la salida de los generales José
María Cabral y Francisco del Rosario Sánchez
rumbo al este, a fin de sofocar a los
revolucionarios. Entre las tropas de estos
generales hubo numerosas deserciones. Los
soldados se pasaban a la revolución. Cabral
y Sánchez se vieron obligados a ordenar la
retirada luego de varios fieros encuentros.
En pocos días el gobierno quedó reducido a
la capital y Samaná.
El 24 de agosto Santana desembarcó en Puerto
Plata acompañado por el general Manuel de
Regla Mota, el coronel Pedro Valverde y Lara
y su sobrino, teniente coronel Manuel
Santana. El día 1 de septiembre toma
posesión del cargo de general en jefe de los
ejércitos en el asedio a la capital.
Los jóvenes ilustrados de Santo domingo
prestaron apoyo entusiasta a Báez, sobre
todo cuando Santana se puso al frente de las
operaciones contra la ciudad sitiada. El 26
de octubre de 1857 el gobierno de Santiago
eligió los miembros de un Congreso
Constituyente que debía reunirse en Moca
bajo la presidencia de Benigno Filomeno de
Rojas.
El 7 de diciembre se iniciaron en Moca los
trabajos para la redacción de una nueva
constitución que establecía entre otras
cosas el sufragio universal y el sistema del
voto directo. Designaba a Santiago de los
Caballeros capital de la República en lugar
de Santo Domingo, y establecía el período
presidencia de cuatro años sin derecho a
reelección.
Al cabo de once meses de cerco, el 12 de
junio de 1858 capituló el gobierno de Báez,
habiendo despachado varios días antes
diversos buques a Curazao cargados de
riquezas y pertenencias suyas y de sus
amigos. El 13 de junio, al día siguiente de
su capitulación, embarcó Báez rumbo a
Curazao. Casi todos sus oficiales y amigos
habían ya embarcado temerosos de las
represalias de Santana. A las diez de la
mañana del día 13 Santana tomaba posesión de
un Santo Domingo casi desierto.
El 26 de julio Santana es aclamado en Santo
Domingo general en jefe de los ejércitos "y
por la soberana voluntad de los pueblos,
encargado de restablecer el imperio de la
constitución y de las leyes". Al día
siguiente es desconocida la constitución de
Moca de 1858 y se pide la restauración de la
constitución de 1854. Santana asume el
poder.
Queda así ilegalizado el gobierno de
Santiago, que en el mes de agosto moviliza
la guardia nacional. Pero no habría lucha;
el pueblo, desangrado con tantas guerras, va
caminando hacia la aceptación de Santana,
quien como "hombre fuerte" contaba con mucha
admiración. El 1 de septiembre Santana,
reconocido en el Cibao, entra en Santiago.
Es de nuevo el amo del país. Los vencidos no
fueron maltratados esta vez por el hatero.
Mariscal de Campo
Cuando se proclamo la anexión a España en marzo de 1861, Báez se encontraba en Europa y no interfirió en la postura tomada por sus partidarios en el exilio de oponerse al hecho. Báez no desautorizo a sus partidarios de realizar movimientos anti-anexión, pero mantuvo distancia de sus gestiones. Y cuando el régimen anexionista se consolidó, Báez brindó sus servicios a la monarquía española, seguramente Reina Isabel II calculando que no tardarían en venir conflictos entre Santana y los españoles, lo que en tal caso le permitiría convertirse en la figura dominante de la administración española.
En retribución a su adhesión a España, la
reina de España, Isabel II, lo nombró
Mariscal de Campo, equivalente hoy a mayor
general. Ante esta postura de su líder, los
baecistas del exterior se apartaron de las
gestiones patrióticas. Cuando estalló la
guerra de la Restauración, Báez adoptó una
postura prudente y decidió establecerse en
París, pero en ningún momento renunció de su
cargo en el ejército español.
El liderazgo que detentaba Báez queda
evidenciado por el hecho de que, a pesar de
su adhesión a España, el presidente salcedo
se propusiese gestionar su retorno al país
para entregarle la presidencia. Esa
fidelidad a su líder fue una de las razones
de la destitución y fusilamiento de Salcedo,
ya que el jefe del ejército restaurador,
Gaspar Polanco, había sido partidario de
Santana, y las cabezas civiles del gobierno
en Santiago habían dirigido la rebelión
contra Báez en 1857.
Retorno a la Presidencia
Báez renunció a su rango en el ejército
español solo después que las tropas
peninsulares abandonaron la isla, y ponderó
que su apoyo al gobierno español había sido
un error que lo mantendría alejado del país
por largo tiempo. Se instaló en curazao para
esperar pacientemente el desenvolvimiento de
los acontecimientos, de seguro calculando
que a la larga, contaba con factores a su
favor pese a su error. Lo primero que debió
sopesar es que, desaparecido Santana, no
había otro dirigente con experiencia capaz
de reunir fuerzas para instaurar un gobierno
estable. En medio de la irrupción
desordenada de los caudillos, a secuela de
la Restauración, podía esperar que entre
ellos siguieran aflorando conflictos que,
más tarde o más temprano, rescatarían la
vigencia de su persona.
Los generales de la Restauración, en efecto,
carecían de cohesión y de un proyecto
acabado de gobierno. Esto le dio lugar a una
corriente liberal que adoptó el nombre de
Partido Nacional, aunque no era un verdadero
partido en sentido como hoy se entiende, y
fue conocida como partido Azul. Se proponían
instaurar un régimen democrático
institucionalizado que garantizara la
soberanía nacional y la marcha del país
hacia el progreso. Las concepciones de los
liberales chocaban de frente con las
aspiraciones personales de Báez. Sin
embargo, en un principio, no estaban del
todo deslindadas las posiciones, lo que
explica que varios generales restauradores
del Este seguidores de Báez, encabezados por
Pedro Guillermo, armaran en octubre de 1865
un movimiento para derrocar a Cabral, quien
no los enfrentó, sino que aceptó traspasar
la presidencia a su antiguo jefe
Buenaventura Báez, a quien fue a buscar a
Curazao en noviembre.
Recibe juramento constitucional el 8 de diciembre, de parte del presidente de la Asamblea Nacional, Fernando Arturo de Meriño.
En ese solemne acto, Meriño pronunció un
punzante discurso cuyas palabras han sido
muy significativas para nuestra historia.
En dicho discurso Meriño expresa, entre
otras cosas:
"Profundos e inescrutables secretos de la
providencia!!
"Mientras vagabais por playas extranjeras,
extraño a los grandes acontecimientos
verificados en nuestra patria; cuando
parecía que estabais más alejados del solio
y que el poder supremo sería confiado a la
diestra victoriosa de algunos de los
adalides de la independencia o la
Restauración.... tienen lugar en este país
sucesos extraordinarios...
"Vuestra estrella se levanta sobre los
horizontes de la República y se os llama a
ocupar la silla de la Primera Magistratura.
Tan inesperado acontecimiento tiene aún
atónitos a muchos que contemplan!!
Empero, yo sólo debo hablaros el lenguaje franco de la verdad que he sido como voz aleccionado en la escuela del infortunio, en la que se estudian con provechos las raras vicisitudes de la vida, no prescindirá de deciros que no os alucinéis por ello, que EN UN PUEBLO COMO EL NUESTRO, VALIÉNDOME DE LA EXPRESIÓN DE UN ORADOR AMERICANO, TAN FÁCIL ES PASAR DEL DESTIERRO AL SOLIO, COMO DESCENDER DE ESTE ANTE LA BARRA DE SENADO!"
Meriño termina su histórica pieza literaria expresando:
"Concluyo, ciudadano Presidente: quedáis
sometido a una dura prueba. Si durante el
período administrativo que os señala la
constitución, lográis, como lo espero,
proporcionar el bien al país, de todos será
la satisfacción, de vos especialmente la
gloria".
La popularidad de Báez se recuperó con
facilidad, ya que el sentir del pueblo no
tomó en cuenta su anterior adhesión a
España. Desde luego en todo momento Báez se
preocupó de retroalimentar la imagen de que
era un protector del pueblo de los liberales
azules, quienes concedieron prioridad a la
protección de la elite comercial, sector al
que veían generador del progreso.
Guerra con los Azules
En 1866 todavía no se había recuperado del todo la preeminencia de Báez a causa de que la mayor parte de los generales de la Restauración -principal sector dirigente de los asuntos públicos- no habían tenido participación previa en la política nacional y, por ende, no habían sido baecistas. Esta situación permitió que alguno de los Gregorio Luperón (Jefe azules)
Prohombres de la Restauración se coaligaran contra Báez, al parecer porque calibraron que trabajaba para adquirir prerrogativas absolutas. Primeramente Cabral marchó al exterior, se pronunció contra el gobierno y preparó una expedición en Haití. Luperón desembarcó en Puerto Plata, donde el gobernador Manuel Rodríguez Objío dio la espalda al gobierno, y el movimiento se extendió por el Cibao. El gobierno se destinó a Pedro A. Pimentel, secretario de interior para aplastar la insurrección, pero al llegar al Cibao se cambió de bando. Báez cayó en pocos días y abandonó nuevamente el país. Esta vez duró en el poder alrededor de 5 meses, es decir hasta mayo del 1866.
Más adelante en el partido baecista hubo
ciertos roces, para restar divergencias
entre los liberales se designó un
triunvirato provisional, pero finalmente la
presidencia recayó en Cabral, el más
influyente de los tres generales. El país se
dividió entre los que gritaban “Viva Báez” y
quienes se le oponían. Se retomaron los
colores rojo y azul, usados en la guerra
civil del 1857 y 1858.A pesar de contar con
gran parte de los intelectuales, la
ineptitud de los Azules en el manejo de los
asuntos públicos fue aprovechada por Báez.
En poco tiempo tuvo la adhesión de casi
todos los caudillos que participaron en la
Restauración. El retorno de Báez era un
reclamo de la mayoría de la población, por
lo que los caudillos, que lo idolatraban, se
levantaron en armas. En octubre de 1867
estalló una revuelta en Monte Cristy,
dirigida por varios caudillos rojos, que ya
no pudo ser contenida.
Los Seis Años de Báez (2
de mayo de 1868 al 2 de enero 1874)
En este período Báez acentúa su ideología anexionista, que llevaba consigo y que había manifestado de una u otra forma, en otras oportunidades. El gobierno de Báez comienza a comprometer la soberanía del país, a través del Empréstito Hartmont con la casa que lleva el mismo nombre, y que estaba radicada en Londres el cual ascendía a una suma de 420.000 Libras Esterlinas.
Este gobierno de Báez se caracterizó por una fuerte represión y terror, con el objetivo de aniquilar a los opositores, a los "azules", y así poner en marcha el punto principal del programa de su gobierno: la anexión de la República a los Estados Unidos de América. Báez intentó anexar la República a los Estados Unidos en el año 1871, y a cambio de la misma pedía un millón y medio de dólares.
Este plan fracasó, pues fue rechazado por el Congreso Norteamericano gracias a la oposición encabezada por el senador liberal Charles Summer, no obstante el gran esfuerzo desplegado por el Presidente norteamericano, el General Ulises Grant y un grupo de sus más cercanos colaboradores. Sin embargo, no sólo debemos atribuirle al Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, el que no se haya llevado a cabo dicho acto antipatriótico, sino también, y con mucho más razón, a la actitud decidida que tenía el pueblo dominicano, encabezado por un grupo de patriotas, como eran Cabral, Luperón y Pimentel, los cuales, desde que Báez se propuso vender la Bahía de Samaná, comenzaron a gestar un movimiento patriótico con el objetivo de impedirlo, y, principio de junio del mismo 1868, comenzó a circular una "Proclama" que llamaba a las armas en contra del gobierno de Báez, para impedir dicha negociación.
La aludida "Proclama" al final expresaba que: "Báez es el verdadero causante, será por consiguiente el responsable de la sangre que una vez más empape el suelo de la Patria ¡Vivan todos los héroes de la Restauración! Este será el grito que darán las primeras y todas las guerrillas;...".
Sin embargo, el proyecto de venta o arrendamiento de la Bahía de Samaná, no era más que una forma de cubrirse, para el caso de que no fuera posible el plan principal, que era la anexión.
En la medida que se incrementaban las
gestiones y diligencias, tanto en el país
como en los Estados Unidos de Norteamérica,
para avanzar las negociaciones de la
anexión, en esa misma medida se organizaban
los patriotas dominicanos para evitar la
concretización de tan antipatriótico acto,
de forma tal, que la situación se le fue
tornando tan difícil al gobierno de Báez,
que se vio en la necesidad de solicitar
ayuda militar al gobierno norteamericano;
ayuda que le fue concedida, enviando dicho
gobierno una flota naval que para la época
era bastante contundente.
Mientras en los Estados Unidos el Presidente Grant trataba de persuadir al influyente senador Charles Summer, "en territorio dominicano la guerra contra Báez continuaba con mayor crudeza. Las persecuciones del gobierno contra sus opositores, las prisiones y vigilancia se hacían cada día más severas. Apoyado en la presencia de los buques de guerra de la armada norteamericana en aguas territoriales dominicanas y muchas veces atracados en sus puertos naturales, el presidente dominicano y su camarilla esperaban con ansiedad la decisión de las autoridades estadounidenses. Pero el caso dominicano se había convertido, para esos momentos, en un escándalo internacional.* Sepultado el proyecto de anexión en los Estados Unidos la situación del gobierno de Báez entró en una etapa difícil. No valieron gestiones, ni cartas del mismo Báez o de Gautier al presidente Grant u otros funcionarios del gobierno estadounidense".*
Al presentarse esta situación, la guerra, tanto en el Sur como en la Línea Noroeste, tomó mucho más fuerza. La ayuda del gobierno de Norteamérica se fue retirando paulatinamente, de forma tal que para finales del año 1872 el gobierno de Báez "había sido dejado a su suerte por la administración del presidente Grant".
* Cfr. Euclides Gutiérrez Félix, “La Guerra
de los Seis Años” Parte VI y XV, Periódico
“El Nacional”, 24 de Abril de 1994.
Y es así como algunos de sus propios
funcionarios le fueron dando la espalda, de
tal manera, que "el 25 de noviembre de 1873,
en el Distrito Marítimo de Puerto Plata, el
general Ignacio María González, gobernador
de esa demarcación, iniciaba un
levantamiento militar contra el gobierno
baecista. Los jefes militares y políticos de
la región del Cibao Central, apoyaron de
inmediato la insurrección del llamado
"Movimiento Unionista", conformado por los
más con notados jefes del baecismo de la
región norte y el Cibao"*
Se forma en Puerto Plata un Gobierno
Provisional que queda presidido por el
General Ignacio María González, el cual,
dicta, el 1ro. De diciembre, un decreto
desconociendo la autoridad de Báez y
cualquier acto de carácter político,
administrativo o de otra naturaleza que
emanara de su autoridad. El levantamiento de
los baecistas encabezado por Ignacio María
González, vino a poner fin a la larga
pesadilla de sangre, dolor y luto que
representó el gobierno de los Seis Años del
llamado "Partido Rojo". Báez, ante tal
realidad, y sin ninguna otra alternativa, se
ve en la obligación de renunciar al poder,
hecho que se produce el 2 de enero de 1874.
El Declive (Quinto y Último Período)
Pero, Báez parece que vino al mundo destinado a llevar en su pecho la Banda Presidencial, pues, cuando en el período 1874-1879 se produce la gran inestabilidad política, en la cual se sucedieron 13 gobiernos, vuelve Báez a ocupar la Primera Magistratura de la nación, aunque fuese de manera provisional. Esto ocurre durante diciembre de 1876 a marzo de 1878. Político inteligente Báez se dio cuenta que en poco tiempo las condiciones del país habían experimentado cambios, que la independencia nacional no se podía poner en duda y que la opinión pública demandaba un clima de paz. Emitió un manifiesto en el cual se autocriticaza por actuaciones previas, declarando que la democracia y la independencia nacional serían en lo adelante sus banderas. De inmediato, recibió el respaldo de connotados intelectuales de la corriente liberal Azul, quienes deseaban por encima de cualquier otra cosa que se implementara la paz y el orden.
Pero los Azules consideraron que el
presidente tenía el propósito de
establecerse de nuevo como dictador y que
por lo bajo desplegaba gestiones
anexionistas. A inicios de 1878 estalló una
rebelión dirigida por Benito Monción y
Máximo Grullón, que fue seguida por otros
dirigentes. Al poco tiempo, Báez se vio
forzado a huir del país, esta vez para
siempre. Es así como concluye Báez vida
política.
Buenaventura Báez murió el 14 de marzo de 1984, con 72 años de edad en su casa de Hormiguero, Mayagüez, en el occidente de Puerto Rico.
Fuentes : http://www.quisqueyavirtual.edu.do/wiki/Buenaventura_Báez
Fuentes : http://gentequehacenlahistoria.blogspot.com
Cuatriboliao :
Gregorio García Castro : Nació en la Sección de Pontón, La Vega el 17 de noviembre de 1936. Fueron sus padres Israel García y Ana Dolores Castro, personas de escasos recursos económicos. Desde muy joven se inclinó al periodismo y trabajó como reportero para los diarios "La Información", de Santiago y en Santo Domingo para "La Nación" y "El Caribe."
Narcizo Gonzáles : Era una figura muy conocida en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en donde fue catedrático de la facultad de Humanidades y en la cual estuvo siempre haciendo vida diaria y participando, desde muy joven, en movimientos revolucionarios.
Antonio de la Maza : Antonio de la Maza, hijo del General Vicente de la Maza quien participó junto a Ramón Cáceres, Horacio Vásquez y Ramón de Lara en el ajusticiamiento del dictador Ulises Heureaux (Lilís) y fue inicialmente opositor del régimen
Sagrario Ercira Díaz : (Ciudad de Barahona, 25 de diciembre de 1946 - Santo Domingo, 14 de abril de 1972) fue una dirigente estudiantil dominicana. Fue dirigente de la Facultad de Economía del "Frente Universitario Socialista Democrático" (FUSD) y representante estudiantil en el Consejo Técnico y la Asamblea de su Facultad
Orlando Martínez Howley Se trató de un crimen político con características de asesinato de Estado, planeado y ejecutado (en un periodo de ejercicio del terror político), desde las altas esferas policiales-militares del régimen balaguerista de los doce años 1966-1978.
Mamá Tingó , nació el 8 de noviembre de 1921, hija natural de Eusebia Soriano. Fue bautizada en la parroquia Espíritu Santo de esta comunidad de Villa Mella, el día 6 de diciembre de 1922. Contrajo matrimonio con un campesino llamado Felipe con el cual procreó una familia.
Sociedad Secreta La Trinitaria , El 16 de julio de 1838 convocó Duarte a sus discípulos para constituir, bajo la adveración de la Virgen del Carmen, cuya festividad se solemnizaba ese mismo día, la sociedad patriótica «La Trinitaria». El sitio escogido para la reunión fue la casa de Juan Isidro Pérez de la Paz, acaso aquel de los ocho elegidos que amó más tiernamente a Duarte, la cual se hallaba situada en la calle del Arquillo o calle de los Nichos, frente al antiguo templo de Nuestra Señora del Carmen y contigua al hospital de San Andrés.
Loma Miranda : Es un montículo del extremo nororiental de la cordillera Central, considerado el segundo asiento más importante y valioso de la isla La Española, según la Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.
La fortaleza de la villa de la Concepción : fue construida bajo las órdenes de Cristóbal Colón en el 1494. El objetivo de la misma era fijar un centro económico-militar para dirigir la explotación de las riquezas de esta región. Una vez terminada la fortaleza se levantaron los edificios que constituyeron la Villa de la Concepción.