Mauricio Báez Santos : Biografías Dominicanas

 

 

 

 

Mauricio Báez fue un dirigente sindical, luchador por las libertades sindicales y el reconocimiento de los derechos de los trabajadores de la caña en la República Dominicana. Nació el día 23 de septiembre de 1910 en Sabana Grande de Palenque, San Cristóbal, República Dominicana. Es considerado el dirigente sindical más grande de todos los tiempos en República Dominicana y el mejor hasta ahora.

 Mauricio Báez, nació el día 23 de septiembre de 1910 en Sabana Grande de Palenque, Provincia de San Cristóbal (República Dominicana). Hijo de Daniel Báez y de Julia de los Santos, cuando era niño se trasladó a San Pedro de Macorís donde trabajó en la Bodega del Ingenio Colón, para más tarde trasladarse a trabajar en el muelle de la misma ciudad. Desde 1930 se inicia en las actividades sindicales integrándose a asociaciones e instituciones sindicales de su época, siendo un miembro activo de su gremio, desde allí estimuló y organizo otras organizaciones de igual índole en diferentes provincias. Hasta lograr organizar más de 30 gremios de organizaciones sindicales de toda la provincia de San Pedro de Macorís con las cuales fundo la Asociación Local del Trabajo de San Pedro de Macorís.

 Los que lo conocieron lo califican como un hombre honesto, trabajador, integro, valiente y insobornable. Por ello se ganó rápidamente la confianza, el respeto y cariño de los trabajadores por cuya defensa sufrió represión, prisión y exilio en varias ocasiones.

 El joven dirigente de la Central Sindical de Trabajadores de San Pedro de Macorís fue el líder obrero más importante de la década del cuarenta, Báez aprovecho la apertura engañosa del régimen del tirano Rafael Leonidas Trujillo para promover y organizar desde el periódico El Combate y luego desde El Federado, impulsando con esto la lucha de los trabajadores de la región este, principalmente en La Romana y San Pedro de Macorís.

El acontecimiento más importante de la vida de Mauricio Báez es la llamada huelga azucarera del 7 de enero de 1946, los obreros de La Romana y de San Pedro de Macorís de lanzaron a las calles en una huelga indefinida, exigiendo con ella el aumento de sueldo y el cumplimiento de la jornada de trabajo de 8 horas diarias.

Después de dicha huelga el tirano Rafael Leonidas Trujillo empieza una oleada represiva contra los movimientos sindicales de la región Este, asesinando y encarcelando a decenas de sus miembros, lo que causo que varios de ellos se refugiaran en la Embajada de México desde donde se fueron al exilio, incluyendo a Mauricio Báez.

El día 8 de diciembre de 1950 agentes encubiertos se presentaron en la casa No. 08 de la calle Cervantes en la Habana Cuba donde secuestraron a Mauricio Báez y nunca mas se volvió a ver a Mauricio Báez.

Fuentes: http://es.wikipedia.org/wiki/Mauricio_Báez

Mauricio Báez de los Santos (1910-1950). Máximo prototipo del sindicalismo dominicano. Desarrolló sus actividades en San Pedro de Macorís durante las décadas de 1930 y 1940. Periodista especializado en temas laborales. Dirigente del Partido Socialista Popular en 1946-1947.

Nació en Palenque el 23 de septiembre de 1910 en el seno de una familia de campesinos y jornaleros. Marchó muy joven a la zona azucarera del Este, como parte de flujos migratorios que se producían en la época. A partir de un momento dado, entró como bodeguero en bateyes de colonias cercanas a San Pedro de Macorís. Se preocupó desde entonces por la superación personal a través del estudio, por lo cual se trasladó a esa ciudad, donde encontró trabajo como marino, como se llamaba a una parte de los estibadores del puerto que cargaban los buques lejos del muelle.

Al tiempo que iniciaba estudios formales, a mediados de los años treinta comenzó a escribir artículos en diversos periódicos, entre ellos Combate, propiedad de su primo Antonio Báez. En ellos denunciaba las condiciones de trabajo imperantes en la región oriental. Lo hacía con todo el cuidado por lo peligroso que resultaba cuestionar la explotación social. Manifestaba de palabra adhesión al régimen como medio de protección, proclamaba a Rafael Leonidas Trujillo Molina como defensor de los trabajadores y procuraba mantener buenas relaciones con funcionarios provinciales, mientras iba dando forma a su sensibilidad ante los problemas de la clase trabajadora por medio de este ejercicio del periodismo. Se vinculó a intelectuales jóvenes de orientación marxista, algunos de los cuales lo ayudaron en su educación, como Víctor Ortiz.

En 1939 el régimen dio luz verde a la organización de gremios obreros, término que se utilizaba para denotar un tipo de entidad centrada en la ayuda mutua y la defensa de intereses del oficio. Junto a algunos activistas, hizo del Gremio de Marinos una base para la promoción de la organización obrera en Macorís. En los años siguientes, Báez propició la fundación de gremios en los principales oficios y centros de trabajo. La culminación de esta labor fue la organización de los trabajadores del campo, ya con una visión sindical más definida.

En 1943 se fundaron las federaciones provinciales del trabajo, destinadas a agrupar a los gremios de cada demarcación provincial. Báez fue electo presidente de la federación macorisana. Consolidó un núcleo de dirigentes compuesto por Nicolás Mercedes, Justino José del Orbe, Teódulo Guerrero Montás, Víctor Conde, Providencia viuda Lugo y otros.

Hacia 1945 se incrementó la agitación obrera a causa de la inflación. Mauricio Báez estuvo vinculado a varias huelgas que se produjeron en el área urbana y en el sector azucarero. Preparó así las condiciones para la huelga general azucarera, en enero de 1946, en coordinación con la Federación Provincial de La Romana, de reciente creación. De manera sorpresiva, el día 7 de ese mes, todos los ingenios de la zona fueron parados por una demostración contundente de sus trabajadores. Algunos dirigentes vincularon esta huelga con informaciones provenientes de los exilados de que se produciría una expedición armada. El régimen, consciente de que era preciso desmontar este peligroso foco de disidencia, optó por negociar y aceptó los reclamos. En muchos casos los salarios se duplicaron.

A pesar de la moderación que mostró, Trujillo dispuso su asesinato, por lo cual se vio forzado a marchar al exilio en Cuba. El régimen había intentado sobornarlo para ponerlo a su servicio. Báez vivía en la pobreza como cualquier obrero, pero rechazó todo posible beneficio económico personal. En la isla hermana se vinculó con prominentes líderes obreros. Por la radio denunció el régimen de Trujillo y se identificó como miembro del Partido Democrático Revolucionario Dominicano (PDRD), la denominación del Partido Comunista creado en la clandestinidad casi tres años antes.

Tras la huelga azucarera, preocupado por un posible aislamiento internacional, el régimen buscó un acuerdo con el Partido Socialista Popular de Cuba (comunista) para aparentar una apertura democrática consistente en la libre organización obrera y la tolerancia de entidades políticas de oposición. Se convino la creación de una confederación obrera en la que coexistirían trujillistas y comunistas. Como resultado del acuerdo logrado, regresaron al país varios exiliados del PDRD, entre ellos Báez. Aunque él tenía reservas sobre la pertinencia de ese acuerdo, lo acató por disciplina partidaria. A los pocos días de llegar los exilados, ya integrados con militantes que acababan de salir de la prisión, en agosto de 1946, se cambió el nombre al PDRD y se le denominó Partido Socialista Popular, al tiempo que se definió la organización como marxista-leninista y estalinista.

Como parte de la convocatoria de un congreso obrero para crear la Confederación de Trabajadores Dominicanos (CTD), una comisión realizó un recorrido por todo el país. Báez se distinguió por los discursos que pronunció en las manifestaciones de trabajadores. Su liderazgo alcanzó una dimensión nacional y en el Congreso Obrero, celebrado a mediados de septiembre, fue reconocido por los delegados como el líder indiscutible. Fue Báez quien orientó la tónica de las resoluciones principales, todas a favor de importantes reivindicaciones.

Sin embargo, en virtud de los acuerdos entre los comunistas y el régimen, no fue electo secretario general de la CTD, sino secretario de Organización, la segunda posición. Parece que este arreglo le generó malestar y optó por refugiarse en San Pedro de Macorís, dentro del ámbito de su base social. Allí fue hostigado por los servicios de seguridad estatal. Tenía el convencimiento de que resultaba imposible sostener la lucha legal, por lo que entró en conflicto con la orientación reinante entre los dirigentes del PSP.

Cuando se le estrechó el cerco, después que se lograron nuevas conquistas reivindicativas a fines de 1946, consideró que su vida peligraba. Tiempo atrás, había sido objeto de una golpiza a manera de advertencia. Optó por abandonar el país, en marzo de 1947, lo que valió la expulsión, en compañía de Dato Pagán, de las filas del PSP.

En su segundo exilio en Cuba, se vinculó de nuevo a los exiliados, pero esta vez en función de los preparativos expedicionarios que desembocaron en la formación del contingente de Cayo Confite, siendo parte de la tropa, compuesta por alrededor de mil cubanos, trescientos dominicanos y otros cientos nacionales de otros países.

Tras el fracaso del intento expedicionario, por presiones de Estados Unidos, Báez volvió a su labor de denuncia del régimen. No está claro cómo evolucionó ideológicamente. En realidad, nunca había sido un marxista en el sentido teórico. Pero sus compañeros de exilio afirman que siguió siendo un hombre de izquierdas, partidario del socialismo y fiel a su misión de campeón de la causa reivindicativa.

En sus alocuciones radiales se dedicó a detractar al tirano, lo que este no toleraba. Pudo ser esta una de las razones por la que ordenó su asesinato, ejecutado por gángsteres cubanos dirigidos por diplomáticos dominicanos. El 10 de diciembre de 1950 fue secuestrado por tres sujetos, aparentemente conocidos por él, quienes se presentaron en su casa de La Habana y nunca más se supo de él.

 

Fuentes: https://www.encaribe.org/es/article/mauricio-baez/391

 

 

 

                                                                                        

 

Cuatriboliao :


Gregorio García Castro : Nació en la Sección de Pontón, La Vega el 17 de noviembre de 1936. Fueron sus padres Israel García y Ana Dolores Castro, personas de escasos recursos económicos. Desde muy joven se inclinó al periodismo y trabajó como reportero para los diarios "La Información", de Santiago y en Santo Domingo para "La Nación" y "El Caribe."

Narcizo Gonzáles :  Era una figura muy conocida en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en donde fue catedrático de la facultad de Humanidades y en la cual estuvo siempre haciendo vida diaria y participando, desde muy joven, en movimientos revolucionarios.

Antonio de la Maza :  Antonio de la Maza, hijo del General Vicente de la Maza quien participó junto a Ramón Cáceres, Horacio Vásquez y Ramón de Lara en el ajusticiamiento del dictador Ulises Heureaux (Lilís) y fue inicialmente opositor del régimen

Sagrario Ercira Díaz :   (Ciudad de Barahona, 25 de diciembre de 1946 - Santo Domingo, 14 de abril de 1972) fue una dirigente estudiantil dominicana. Fue dirigente de la Facultad de Economía del "Frente Universitario Socialista Democrático" (FUSD) y representante estudiantil en el Consejo Técnico y la Asamblea de su Facultad

Orlando Martínez Howley   Se trató de un crimen político con características de asesinato de Estado, planeado y ejecutado (en un periodo de ejercicio del terror político), desde las altas esferas policiales-militares del régimen balaguerista de los doce años 1966-1978.

Mamá Tingó , nació el 8 de noviembre de 1921, hija natural de Eusebia Soriano. Fue bautizada en la parroquia Espíritu Santo de esta comunidad de Villa Mella, el día 6 de diciembre de 1922. Contrajo matrimonio con un campesino llamado Felipe con el cual procreó una familia.

Sociedad Secreta La Trinitaria , El 16 de julio de 1838 convocó Duarte a sus discípulos para constituir, bajo la adveración de la Virgen del Carmen, cuya festividad se solemnizaba ese mismo día, la sociedad patriótica «La Trinitaria». El sitio escogido para la reunión fue la casa de Juan Isidro Pérez de la Paz, acaso aquel de los ocho elegidos que amó más tiernamente a Duarte, la cual se hallaba situada en la calle del Arquillo o calle de los Nichos, frente al antiguo templo de Nuestra Señora del Carmen y contigua al hospital de San Andrés.

Loma Miranda  : Es un montículo del extremo nororiental de la cordillera Central, considerado el segundo asiento más importante y valioso de la isla La Española, según la Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.

La fortaleza de la villa de la Concepción : fue construida bajo las órdenes de Cristóbal Colón en el 1494. El objetivo de la misma era fijar un centro económico-militar para dirigir la explotación de las riquezas de esta región. Una vez terminada la fortaleza se levantaron los edificios que constituyeron la Villa de la Concepción.