Hay veces en la vida que tenemos una preocupación que nos perturba y no sabemos la razón de que nos pasa, desconocemos el porqué de las cosas, estamos en cuerpo presente pero nuestra mente se encuentra vagando por el aire, aterricemos y analicemos que nos está pasando.
La falta de sueño afecta tanto física como psicológicamente. Más de la mitad de las personas duermen menos de 7 horas cada noche. Eso significa que casi todo el mundo debería dormir 1 o 2 horas más de lo que duerme. Por lo tanto, es importante dormir bien y tener una higiene del sueño, es decir, ciertos hábitos y conductas que ejercen efectos positivos sobre la etapa del sueño, desde que ésta se inicia, durante ella y al despertar. La mayoría de las reglas de higiene del sueño son un asunto de sentido común:
- No trate de dormir cuando no sienta sueño, no permanezca en la cama más de 15 minutos.
- Evite leer, ver televisión o comer en la cama.
- No duerma en exceso los fines de semana y procure levantarse siempre a la misma hora.
- Cuide el ambiente donde duerme (cama confortable, disminuir el ruido y regular la temperatura y la luz).
- Evite hacer ejercicio intenso cercano a la hora de acostarse.
- No cene en exceso ni tampoco se acueste sin comer.
- Evite el estrés.
- Evite sustancias estimulantes (café, coca-cola, cigarrillos, alcohol…)
La siesta es una solución temporal si no somos capaces de dormir lo suficiente por la noche. Uno o dos lapsos de 15 a 30 minutos a lo largo del día pueden resultar útiles para cubrir parte de la deuda de sueño. Sin embargo, la siesta, por sí sola, no será capaz de compensar una falta importante de sueño durante la mayoría de las noches.
SUJETOS Y MÉTODOS:
Nuestro trabajo ha sido dirigido a profesionales sanitarios del hospital La Paz distinguiendo entre médicos, residentes, personal de enfermería y otros (auxiliares, administrativos y celadores). Los resultados han sido recogidos mediante 197 encuestas y analizados con el programa spss 12.0 mediante la prueba de chi cuadrado.
Las variables independientes estudiadas han sido: sexo, ocupación y servicio, y las variables dependientes: horas de sueño, grado de satisfacción con las horas de sueño, noches de trabajo en hospital, influencia de la falta de sueño en la calidad de vida, ingesta de estimulantes y épocas de peor sueño.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN:
De las 197 encuestas realizadas un 25,4% corresponde a varones y un 74,1%, a mujeres. De estas encuestas 35 (17,8%) fueron contestadas por médicos adjuntos, 42 (21,3%) por residentes, 62 (31,5%) por personal de enfermería y 57 (28.9%) por el resto de personal estudiado. Se han estudiado 28 servicios dentro del hospital, entre los que destacan: Obstetricia y Ginecología 23,9%, Pediatría 8%, Atención Primaria 7%, Digestivo 5% y Nefrología 5%.
El análisis de los datos en función del sexo de los encuestados resultó en una diferencia estadísticamente significativa (p<0.05) en distintas variables estudiadas. Hay más mujeres que no pasan ninguna noche de trabajo en el hospital que hombres. La falta de sueño afecta más a mujeres que a hombres (84,6% frente a 66%) en forma de dolor de cabeza, dolor de espalda, irritabilidad, falta de concentración y somnolencia diurna. La diferencia fue significativa en el apartado dolor de espalda, afectaba más a mujeres (35,4%), y en el apartado somnolencia diurna que afectaba más a varones (20%). Creemos que el dolor de espalda afecta más a mujeres porque la mayoría son enfermeras cuyo trabajo requiere más esfuerzo físico en comparación con otras ocupaciones.